Quiero...

Dicen que para encontrar tu voz debes escribir de las cosas que sabes. El problema es que últimamente siento que no sé nada.

Dicen que para encontrar tu voz debes escribir de las cosas que sabes. El problema es que últimamente siento que no sé nada.

Cada que quiero escribir me llegan miles de temas a la cabeza pero se me dificulta aterrizarlos y debo de admitir que permití que la duda me sometiera. Cuando llegan los pensamientos limitantes cargados de sogas y correas les he permitido que me aten cada vez. Son tan convincentes, tiene tanto sentido lo que dicen y que es difícil pelear. Saben exactamente qué palabras usar para generar la angustia necesaria que dispare mi postergación y así termine llenandome de mañanas que nunca llegan.

De ese tema no sabes lo suficiente, lee un libro primero. No sabes escribir ensayos, ¿estás segura que estás exponiendo tus ideas correctamente? Deberías tomar un curso primero o pídele ayuda a tu amiga académica o al menos busca un video en YouTube. ¿Realmente crees que a alguien le interesaría leer eso? Uy, ese tema te vas a tardar mucho en desarrollarlo. Son algunas de sus frases favoritas.

Esa es la primera línea de defensa, la más obvia y la que más conozco, pero también existe una línea más sutil

¿Escribir de tus problemas? Gran forma de darles fuerza, no deberías hacerlo. Crees que te estás vulnerando? Sólo quieres llamar la atención. Estás escribiendo desde tu ego. Te estás victimizando, no deberías escribir así 

Y al final la línea de defensa universal, la atadura más común, el nudo favorito:

No tengo tiempo

Así que hoy me decidí dar un espacio para atravesar todas y cada una de esas frases, para sentarme con paciencia a deshacer cada uno de sus nudos y al fin escribir algo y si tengo la suerte suficiente, publicarlo.

Mi camino en la escritura requirió primero reconocerme como escritora por el simple y sencillo hecho de escribir. No importa no estar publicada o haber ganado dinero de eso, un día entendí que soy escritora porque escribo, porque desde niña cuando la realidad se me desborda las hojas en blanco me han ayudado a contenerla, porque con las palabras sano y con las palabras curo. Porque esta es mi medicina.

Hoy estamos en el siguiente nivel, hoy el asumirme como escritora me pide que escriba más, escribir en mi diario de vez en cuando ya no basta, escribir un post de Instagram no es suficiente, hoy el deseo de mi corazón es escribir lo más seguido posible, escribir de todo lo que pueda, hablar con personas que escriben, entrar a club de lectura, a uno de escritura, bañarme de letras, recibirlas en cada poro, abrirme a ellas y dejar que me transporten como tantas otras veces lo han hecho. Quiero volver a sentir el misterio de la inspiración, esa conexión divina, la delicia de recibir imágenes y jugar con ellas.

Quiero ser leída, que me reconozcan y abracen mi visión particular, quiero recordar que esto vine a hacer al mundo, quiero que el amor sea más fuerte que las dudas y que la disciplina se vuelva el vehículo de la magia. Quiero que mi brillo inspire, que mis lágrimas liberen. Quiero revivir en mis huesos la danza de la creatividad, sentirme infinita al crear. Quiero que la experiencia individual que narro en mis textos sea tan esencial que resuene en lo colectivo, recordándonos que somos un cachito de lo mismo, que la voz de mi esencia conecte con otros corazones, quiero que mi cruda humanidad resuene con la del mundo.

Quiero ser yo. Tan frágil y valiente, tan curiosa y tímida, tan miedosa y atrevida. Quiero ser tan salvaje como cuando era niña.