Hoy escribo porque no quiero escribir.
Llega la conocida sensación pegajosa que se apodera de mi mente y de mi cuerpo volviendo todo a cámara lenta. El hipnotista dice “ahora sientes los párpados pesados, muy pesados, muuuuuuy pesados” mis ojos se cierran com si pesaran 100 kilos y junto con ellos la pesadez se apodera de mí. Esta energía viscosa lo inunda todo, se cuela por cada poro y se vuelve todo lo que hay, diluye cualquier motivación y es repelente para las musas, es letargo, apatía, resistencia. Remar en cajeta dice mi amiga Marcela Lecuona, que es exactamente lo que hago el escribir estas letras, intentar ganarle a la masa pegajosa aunque normalmente ni siquiera lo intento y solo me sumerjo en el pantano.
Todas las profesiones tienen su shit sandwich, dice Elizabeth Gilbert, y no hay cantidad de amor, pasión y entrega que te ahorre esa desagradable cena, el shit sandwich está presente en cualquier cosa que queramos lograr en esta vida, es el precio a pagar, es la parte de hueva, eso que no te gusta hacer pero que tienes que hacer para que lo que te gusta funcione, generalmente este shit sandwich se sostiene con la disciplina, disciplina para cuando no haya motivación, disciplina para cuando no haya inspiración, dice la sabiduría del internet, y a mi, desafortunadamente me caga tener que generar disciplina.
La disciplina es exactamente esa barquita que te permite remar cuando el río se vuelve de cajeta, es la firmeza con la que se atraviesan las dificultades, es la casita que nos resguarda en la tormenta y mi resistencia a ella es una mezcla del enojo que me genera que las cosas no sean siempre fáciles, el resentimiento de no haber recibido la guía que necesitaba, mi rechazo a esforzarme, el miedo a equivocarme y desperdiciar el tiempo, la perpetua duda colgando sobre mi cabeza y la lista de historias que me cuento para no avanzar. Estos ingredientes conforman el pantano que me atrapa, esa masa pegajosa que llega silenciosamente para apoderarse completamente de mi voluntad.
Me rindo fácil y a veces siento que todos mis males vienen por esta falla de carácter, tengo la tentación de hacer la lista de todo lo que he “perdido” por esto, pero tampoco tengo muchas ganas de echarme tierra encima, creo que simplemente es una parte mía que me está pidiendo que la ame realmente, que le reconozca todo lo que ha hecho por mi y la saque del lugar de enemiga. “¿Qué tal que en lugar de sabotearte te estaba protegiendo?” sugirió mi terapeuta, expandiendo mi mirada.
Sabotaje o protección hoy mi alma me pide que resuelva esto. Me pide que nade un poco más profundo que deje de distraerme con las raíces de mis problemas y siga nadando con todo y el obstáculo. Que deje de sumergirme en la cajeta y me ponga a remar, por difícil que parezca “Lucha por lo que amas” es el llamado, y mi primer contrincante es mi propia mente que siempre tiene las palabras perfectas para convencerme de que me rinda, de que no es tan importante, que ya habrá otra oportunidad.
Hace un par de meses decidí dedicarme seriamente a la escritura, así que en mi exploración empecé a leer “On writing” de Stephen King. Devoré el principio entretenida con las historias de su vida y de cómo empezó a escribir, pero me detuve cuando empieza a dar consejos de escritura. Como buen Virgo su primera recomendación es tener clara la parte técnica, la gramática, la estructura de las oraciones, los tiempos verbales, etc. cita constantemente un libro de estilo a manera de biblia y hace una lista de los errores más comunes al escribir y cómo evitarlos.
Aquí el dulce río en el que fluía mi inspiración empezó a espesarse. Por un lado me emociona la idea de aprender algo nuevo, de meterme más profundo en la escritura y afinar mi oficio pero por otro lado no quiero esforzarme, no soporto sentirme tonta y odio no tener alguien que me enseñe. Quiero que escribir sea ese flujo imparable de palabras, quiero ser poseída por las imágenes y no tener más opción que rendirme ante ellas y teclearlas donde sea, quiero recibir elogios por ellas y sentirme importante, quiero que sea fácil.
Pero nuevamente se escucha el rezo de mi alma
“esfuérzate, atraviésalo, rema con todas tus fuerzas”
Suplico que alguien reme conmigo, que alguien reme por mí, que me acompañen y que me ayuden porque estoy chiquita y no puedo sola, pero ante mis súplicas la voz se mantiene impasible: “puedes pedir ayuda, guía y hasta compañía, pero nadie va a remar por ti, ya no eres una niña, es mentira que estás chiquita, es mentira que no puedes” y la imagen que se me revela una y otra vez es la de un cuaderno grande, con hojas amplias en el que pueda trazar un plan de acción, un cuaderno que se vuelva mi contenedor para la falta de motivación, tiene que ser amplio para albergar la visión completa, para poder verlo todo de un vistazo, para observar cada fragmento del nudo y por fin empezar a desenredarlo.
Esa voz en mi interior desmiente la idea de que estoy sola y de que no tengo guía, esa voz que me llega en sueños me promete que si la escucho siempre estaré bien, no promete lógica ni camino fácil, no promete gloria ni satisfacción inmediata pero promete fuerza, milagros y magia, esa voz me dice que si aprendo a seguirla nunca más me sentiré desvalida, me promete disipar la duda, caminos emocionantes e historias que contar, esa voz en mi interior me promete que mientras más la escuche más fuerza tendré para atreverme a ser yo misma y ese es mi mayor deseo.
Que gusto leerte, Fer. (Disculparas, el teclado de esta computadora desde la que te escribo carece de tilde. Me resulta bastante molesto, porque mi facinacion por la escritura se ofende con cada palabra mal escrita).
Es la una de la ma;ana en la CDMX. Normalmente duermo temprano, pero esta mente mia no se estaba quieta. Escroleaba en mi celular, topandome con nuevas cuentas de personas haciendo cosas creativas. De repente en mi mente surgia el pensamiento "parate y escribe".
Me hice caso y ahora estoy en mi escritorio, frente a la compu con un te de manzanilla. Me puse a revisar mi correo y siempre me alegra recibir los tuyos como newsletter.
Te he leido y parece que me leia a mi... Creo que hay un buen grupo de humanos atravesando por lo mismo que describes y que confieso que tambien siento. He reflexionado sobre como es que nos vamos llenando de informacion; sabemos un poquito de muchos peque;os temas. Desde los mas absurdos, hasta los que nos causan un interestes tal, que nos sumergimos en aprender. En este momento, en mi caso particular, esta siendo la pintura. Sin duda no estoy en el lugar en el que empece. "YA EMPECE!" me grito en la mente, y eso me motiva. "Ahora solo sigue", pienso despues. Pero es ese rio de cajeta que entorpece todo buen animo, toda idea, toda posibilidad de crear. Creo que viene bien recordar lo aprendido, lo leido y lo estudiado, pensar que no somos ajenas a todo lo que ocurre, que la teoria pasa por nosotras tambien y que es aplicable. Pienso que a traves de recordar poner en practica aquello que desea nuestro autentico ser, y de limpiar al mismo tiempo nuestra conversacion interna, podremos lanzarnos a aquel rio e imaginar nuestra ligereza, tal vez asi alcanzariamos levitar...
Gracias por escribir e inspirarme a hacerlo. Continuare en la intimidad de lo no-publico, pero no queria dejar pasar el momento.
Saludos hasta alla donde estas.
<333
Hola Fer 👋🏻 que agradable leerte siempre, me identifico con lo que escribes, pero quiero también decirte que hace mucho tiempo dejé de escribir y por tus correos descubrí esta app, y al explorarla tú me has motivado a retomar la escritura.
Gracias por demostrar que el quedarnos sin ideas o motivación no es malo, solo algo desagradable que debemos aprender a superar. Te mando un fuerte abrazo. 🤗